Alimentos funcionales

jueves, 15 de mayo de 2014

Antes de nada, decir que ya tengo mi número de colegiada de CODiNuCoVa (Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana). 

Let's go!

Históricamente, el objetivo de la nutrición había sido el de conseguir una dieta equilibrada, que permitiera satisfacer los requerimientos de energía y de todos los nutrientes que el individuo necesitase. ¿Qué ocurre en la actualidad?
Alimentos funcionales

La ciencia de la nutrición se encuentra ante un nuevo y revolucionario reto:

La búsqueda de nuevos alimentos y/o componentes alimentarios que permitan reducir el riesgo de padecer enfermedades (diabetes, osteoporosis, obesidad...)independientemente de su clásico valor nutricional.

Un alimento, se considera funcional con independencia de aportar nutrientes, si ha demostrado científicamente que afecta de forma beneficiosa a una o varias funciones del organismo, de manera que proporciona un mejor estado de salud y bienestar. 


Además, el alimento funcional, ejerce un papel preventivo ya que reduce los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades. 

Hay dos conceptos interesantes que deberían remarcarse. Estos son: 

El termino prebiótico designa a aquel ingrediente alimenticio no digerible, que tiene la propiedad potencial de mejorar la salud al promover el crecimiento selectivo de bacterias intestinales beneficiosas (bifidobacterias y lactobacilos). Ejemplo: leche enriquecida con fructooligosacáridos.
Mientras que el termino probiótico designa a aquellos microorganismos vivos que se ingieren como suplemento alimenticio y que tienen efectos positivos para los consumidores al actuar sobre la flora bacteriana del intestino. Ejemplo: lactobacilos y bífidobacterias.


Componentes alimentarios de interés en la elaboración de alimentos funcionales existentes en alimentos de origen vegetal:



B-glucanos (Avena)

Pertenecen al grupo de las fibras solubles, constituidos por unidades repetidas de B-D-glucosa. Existen evidencias de que reducen el nivel de colesterol total y colesterol LDL. Por tanto, disminuyen el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.




- Isoflavonas (Soja)

La estructura química de la isoflavona es muy similar a la de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos). Este parecido le confiere una débil acción estrogénica. No obstante, también pueden actuar como antiestrógenos, por inhibición competitiva a nivel de receptores de los estrógenos endógenos. Esto explicaría su efecto anticancerígeno de tipo femenino (o sea cánceres dependientes de estrógenos, mama, ovario, útero) y su papel activo en los síntomas menopáusicos.


- Licopeno (tomate)


Es un carotenoide responsable del color rojo del tomate. Se le atribuye un posible papel en la reducción del cáncer de próstata. 



El efecto anticancerígeno podría explicarse debido a su carácter antioxidante (como lo poseen otros carotenoides) y en cuanto que actúe más especialmente previniendo el cáncer de próstata, es porque el licopeno es especialmente abundante en la glándula prostática.



También posee un efecto preventivo hacía la enfermedad cardiovascular al reducir la formación de LDL oxidada.

- Polifenoles (Aceitunas (aceite de oliva))


Las aceitunas y el aceite de oliva contienen dos componentes muy importantes desde la perspectiva de alimentos funcionales, el ácido oleico y determinados polifenoles.

El ácido oleico actúa a nivel de las membranas biológicas haciéndolas menos vulnerables a la oxidación celular, lo que ayuda a la prevención de diversas enfermedades, como cánceres diversos u asimismo impide una excesiva oxidación de las LDL, reduciendo el riesgo aterosclérotico.

- Fructooligosacáridos (remolachas y espárragos)


Los fructooligosacáridos no son digeribles, son fermentados por la flora bacteriana intestinal, favoreciendo el desarrollo de especies beneficiosas y considerándose como componente prebiótico.




Componentes alimentarios de interés en la elaboración de alimentos funcionales existentes en alimentos de origen animal:


- Ácidos grasos omega-3 (aceites de pescado)

Los ácidos grasos omega-3, especialmente el eicosapentaenoico y docosahexaenoico, tienen efectos beneficiosos cardiovasculares al reducir el nivel de triglicéridos en la sangre. También disminuyen la agregación plaquetaria.


- Bacterias probióticas (leches fermentadas)


Determinadas bacterias intestinales poseen efectos beneficiosos sobre el organismo, lo que se ha aprovechado para que inoculándolas en la leche, se pueda elaborar yogur y otras leches fermentadas, que, además de poseer el valor nutricional correspondiente, aporten al ser consumidos las citadas bacterias.

Entre los efectos saludables que se les han atribuido a los probióticos, merece citarse el efecto hipocolesterolémico, el anticarcinógeno, el actuar como antagonistas de patógenos entéricos y el de modulador del sistema inmune.

- Ácido linoleico conjugado (grasa de animales)

La grasa de los animales, especialmente de los rumiantes (cordero, buey, ternera...), y otros productos como mantequilla, yogur, leche y quesos, contienen el ácido linolenico conjugado (la misma estructura química que el ácido linoleico pero con los dobles enlaces en situación conjugada). 

Su importancia radica en su posible efecto anticarcinógeno.

Otros componentes alimentarios de interés en la composición de alimentos funcionales: 

- Colina
- Carnitina
- Mio-inositol
- Taurina
...

Fuentes:
- Nutrición para educadores. José Mataix. Segunda Edición. Serie Salud y Nutrición. Año 2005 
- Nutrición y Alimentación Humana. II Situaciones fisiológicas y patológicas. José Mataix Verdú 

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/enfermedad/2001/07/03/34960.php 
- Guía de alimentos funcionales, Instituto Omega-3.


2 comentarios:

  1. Mencionas como alimento funcional las bacterias presentes es la leche fermentada, pero no es cierto que estas no llegan nunca a tracto intestinal y son destruidas antes por los ácidos gástricos?

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  2. Hola Anónimo! Gracias por la pregunta ya que me ha hecho reflexionar y recapitular información.

    Es cierto, existe cierto debate acerca de que si las bacterias probióticas inoculadas ya sea en la leche, yogur… resisten el ácido del estómago. Ya que para ejercer un efecto beneficioso para la salud, la concentración de bacterias probióticas vivas tiene que ser de 107 UFC/g.
    - Algunos estudios determinan que el Bifidobacterium y el Lactobacillus sobreviven en altas proporciones (> 80%) en el entorno gástrico durante períodos de 2 h (Alimentary Pharmacology & Therapeutics. Volume 23, Issue 8, pages 1077–1086, April 2006).
    - Otros estudios, ven en la microencapsulación, como una de las tecnologías que puede usarse para mantener la viabilidad de las bacterias probióticas durante el tránsito por el tracto gastrointestinal. Existen diferentes estudios con distintas matrices encapsulantes. (Fuente: V. Rodriguez-Guerrero, J.A Guerrero-Beltrán, Resistencia gastrointestinal y microencapsulación, 2010)

    ¿Conoces ensayos científicos en los que se afirma que las bacterias probióticas inoculadas en la elaboración de leches fermentadas (Bifidobacterium, Lactobacillus) no sobreviven al ácido gástrico?
    Agradecería su aporte.
    Un saludo.

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